Ingenio de Comunicación

Lídia Pujol
«Conversando con Cecilia»


«Las canciones destilan magia, resultan brillantes, emocionalmente diversas, pero emotivamente son la misma cosa. Pujol consigue que el hilo narrativo que habita en el cancionero de Cecilia pase a primer plano.»
MIQUEL QUERALT, «Lídia Pujol entra a l’Olimp».
«Lídia ha acertado plenamente en los planteamientos con que se ha enfrentado a una obra dignísima, ahondando en la interpretación (interpretar es traducir) y eligiendo con tino una elegante presentación que destila estética atemporal, conscientemente numinosa.»
JOAQUÍN DÍAZ


«Mis canciones no son para hoy, son para mañana», llegó a decir Cecilia, y la plenitud de ese aserto queda constatada cuando escuchamos los textos tal y como eran antes de que la censura le obligara a ocultar, cambiar o mutilar algunas de sus creaciones; cuando escuchamos las versiones, libres de artificios y pomposos arreglos, que Lídia Pujol nos ofrece.

Las de Cecilia «son canciones que 45 años después son clarividentes y siguen despertando conciencias», ha declarado Pujol. Por eso decidió desnudarlas, centrarse en la melodía y la letra, y fue esa vuelta a las canciones tal y como la artista madrileña las concibió lo abrió a la intérprete catalana «la puerta a su obra», y le franqueó el paso a su persona.

En sus temas, Cecilia nos invita a silenciar a los intermediarios –mediáticos, culturales, políticos, familiares o religiosos– para preguntarnos quiénes somos, qué pensamos, cuáles son nuestros deseos más profundos. Y al escucharlos, Lídia se sintió impelida a dar una respuesta personal a los interrogantes que se presentan en ellas, estableciendo una conversación con la autora. De ahí el título de su disco.

«A diferencia del fenómeno de la folktrónica, la Pujol no recurre a la electrónica para modernizar la tradición sino que lo hace desde premisas sonoras más acordes con el pasado. Una vuelta a lo acústico. (...) Este «Conversando con Cecilia», está repleto de una sobriedad que, más que un homenaje, suena a invocación.» Toño Martín, Muzicalia.

 

 

Lídia Pujol

Después de años de experiencia en la música tradicional yidis, medieval y popular, y de haber actuado por Cataluña, Italia, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, irrumpe en la escena musical catalana con la formación Lídia Pujol i Sílvia Comes, con la cual graba dos discos musicando a poetas como Whitman, Cernuda, Ginsberg, Lorca o Prévert, entre otros.

Tras la disolución del dúo, presenta su primer disco en solitario, Iaie (2003), con el que profundiza en la investigación de la emoción con la voz más allá del límite de la palabra y, posteriormente, Los amantes de Lilith (2007), con el que realiza un trabajo de campo en los territorios de habla catalana y, dentro de su música popular, hace una selección de piezas que hablan del abuso de poder; este disco le valió numerosos reconocimientos.

Sus colaboraciones con artistas como Mayte Martín, Dulce Pontes, Idir, Jackson Browne, Kepa Junkera, Brian Dunning (Nightnoise) y Miguel Poveda, entre otros, la han acercado a todas las vertientes de la World Music.


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