Ingenio de Comunicación

MUJERES EXTRAORDINARIAS
Lucía Etxebarria

MUJERES EXTRAORDINARIAS, de Lucía Etxebarría

«Un testimonio de admiración y de homenaje hacia mujeres que han abierto camino para que yo pueda ser la mujer que soy hoy. Para que mi hija pueda ser hoy la mujer que es hoy y la maravillosa mujer que sé que será mañana. Para que numerosas mujeres puedan ser mejores. Para que el mundo pueda ser mejor.»


«Hace un tiempo escribí un post en mi cuenta de Instagram con ocasión del aniversario del nacimiento de Juana Primera de Castilla. Explicaba que Juana no estaba loca, que nunca lo estuvo, incluso si sus contemporáneos lo afirmaban así. Y que, aunque gran parte de los historiadores modernos prefirieron creer la versión de Fernando el Católico, de Carlos I y de Felipe II, existe otra legión de historiadores, bastante mejor documentados, que aseguran que Juana estaba muy cuerda y que simplemente fue víctima de una conspiración.

»Me sorprendieron dos cosas.

»La primera, descubrir que poca gente sabía la verdad. Cómo el mito se había reproducido en libros y en películas y a nadie le había molestado lo más mínimo indagar en la historia.

»La segunda fue el aluvión de likes que recibió ese comentario. El hecho de que tantísimas mujeres se ven reconocidas en Juana. La mujer a la que le llaman loca en cuanto alguien se la quiere quitar de en medio.

»Al día siguiente hablé de Leonor de Aquitania y vi que era una figura importantísima a la que poca gente conocía.

»Y a partir de aquel momento empecé, de vez en cuando, al dejar post sobre mujeres olvidadas, silenciadas, ninguneadas. Fue entonces cuando me empezaron a pedir que, por favor, escribiera un libro sobre el tema. (...)

»No se puede escribir sobre todas las mujeres cuya historia, en minúscula, se ha borrado a lo largo de la Historia, en mayúscula. Son cientos, miles, miles de miles, puede que millones. Si hubiera querido escribir sobre todas ellas habría necesitado escribir una enciclopedia de muchísimos tomos. Por eso he decidido concentrarme en unas cuantas. La selección ha sido completamente personal. Mi criterio ha sido que sólo escribiría sobre mujeres cuya obra conociera bien. O habría leído sus libros, o sus poemas, o habría visto sus películas, o sus obras de arte, o conocería sus descubrimientos (no hay que olvidar que también tengo formación en ciencias), o sus descubrimientos me habrían afectado en mi vida diaria. Sé que aquí faltan muchos nombres. De actrices, de escritoras, de deportistas, de políticas, de científicas, de pintoras, de músicas, de artistas de todo tipo, de activistas, de guerreras.

»Este es un libro muy particular y así debes entenderlo. No pretende ser una obra que siente cátedra. Quiere ser un testimonio de admiración y de homenaje hacia mujeres que han abierto camino para que yo pueda ser la mujer que soy hoy. Para que mi hija pueda ser hoy la mujer que es hoy y la maravillosa mujer que sé que será mañana. Para que numerosas mujeres puedan ser mejores. Para que el mundo pueda ser mejor.»

 

¿Por qué autoedité el libro?

«La respuesta es simple. Soy una señora mayor de cincuenta años. No soy particularmente guapa. Soy feminista. Pero no feminista con glamour, no. No soy una feminista de ésas que se pintan los labios y visten divinamente. Soy una señora cualquiera, y llegó un punto en que me convertí en “veneno para la taquilla”.

»Por si no sabéis lo que significa la expresión, lo de la lista de “veneno para la taquilla” fue obra de Harry Brandt, presidente de la Asociación de Propietarios Independientes de salas de cine, que escribió un artículo citando a actrices que, en 1938, y siempre según él, no le gustaban al público. Citaba a mujeres como Katharine Hepburn, Joan Crawford, Marlene Dietrich, Greta Garbo, Norma Shearer, Luise Rainer, Mae West, Kay Francis o Dolores del Río.

»Mujeres demasiado mayores o que se habían atrevido a expresar opiniones controvertidas. Me enorgullece pensar que se me puede comparar con mujeres que resultaban incómodas entonces. Y que probablemente también resultarían incómodas ahora.

»Dato curioso: Poco después de que ese señor declarara a Luise Rainer como veneno, la actriz ganaba el Oscar a la Mejor Actriz. Un año después Luise Rainer abandonaba Hollywood de forma voluntaria, pero ése sería tema para otro libro.»


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